Es esa estrella que busco cada noche, esa luna que no siempre está, ese momento de paz que encuentro cada día antes de cerrar los párpados de la jornada. Siempre miro al cielo, siempre busco las estrellas y detengo el tiempo para perderme en la inmensidad.
Soy afortunada y cada día doy las gracias por poder vivir, la vida es el mayor de los regalos. Con sus cosas buenas y menos buenas, todo es una lección.
Aprendo con cada paso y disfruto del camino. No hay que centrarse únicamente en el destino, podemos perdernos el trayecto y la vida es un precioso trayecto.